Como veremos a continuación, la imagen de sí mismo es de suma importancia. Su efecto sobre la autoestima es determinante.
Autoestima y autoimagen
En la frase inicial ya se dio a entender muy claramente que hay una relación muy estrecha entre autoestima y autoimagen. Aunque lo notorio es que se habla mucho más de autoestima. Vemos en general, que se dan infinidad de cursos y técnicas destinadas a mejorarla. Pero la imagen de sí mismo suele quedar relegada en esos contextos.
Lo sorprendente es que es precisamente la autoimagen, o imagen de sí mismo, la que define nuestra autoestima. Lo iremos viendo en lo que sigue.
El espacio y la autoimagen
Al ver “el espacio y la autoimagen”, tal vez te estés preguntando qué tiene que ver una cosa con la otra. Pues bien, ¡tiene mucho que ver! (por no decir todo).
Esta relación de espacio y autoimagen se hace muy clara justamente cuando introducimos el concepto de espacio en todo esto. Nos referimos, desde ya, al espacio de nuestra mente o espacio mental. Tal como lo sostiene el Dr. Lucas Derks, “el espacio es el primer principio de organización de nuestra mente”.
Al desarrollar el Modelo del Panorama Social (PANSOC) hace ya prácticamente 3 décadas, Derks ya tenía muy claro la importancia del espacio. Así como descubrió la manera en que armamos o construimos nuestro mapa social de la realidad en nuestra mente, también se dio cuenta que cada unos de nosotros contamos con una estructura espacial de nosotros mismos. La estructura espacial del “sí mismo”.
Se dio cuenta que es una estructura muy sencilla. Consta de apenas 3 elementos:
- El sentimiento de “yo” percibido a través de nuestros sentidos
- La imagen de sí mismo en el espacio mental
- La conexión entre ambos
Y todo esto siempre referido a un contexto determinado. Es decir, dicha estructura cambia según el contexto en el que uno se encuentra. Eso explica, por ejemplo, por qué algunas personas se sienten bien (tienen la autoestima bien) en ciertos ambientes, mientras que en otros no.
La autoimagen determina la autoestima
Por lo que pudimos ver en los párrafos anteriores, la autoimagen es determinante para la autoestima. Podemos decir que una buena autoestima es producto o consecuencia de una buena estructura de sí mismo en un contexto determinado. Por ende, el rol de una buena imagen de sí mismo tiene una importancia mayúscula.
Conocer y saber cómo explorar la estructura de sí mismo de un cliente es un tema que se aborda con mucho detalle en el libro “Paisajes Sociales, Familiares y Espirituales” (puedes obtener este libro y otros tantos súper interesantes en Mentalspace España). Y por supuesto lo enseño de manera práctica en mis formaciones, ya sea que finalicen con la certificación de Consultores de Panorama Social o no.
En tantos años, tanto por mi propia experiencia como por los comentarios que recibo de los que aprendieron a utilizarlo, el impacto emocional positivo de realizar cambios en esta estructura para el bien del cliente es prácticamente inmediato y persiste en el tiempo si se aplican las técnicas de manera correcta.
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¡Un abrazo espacial!