«Lo que el distanciamiento Social hace con el cerebro»
Ese es el título que lleva un artículo reciente publicado en https://neurosciencenews.com/social-isolation-genetics-17357/. En el resumen, que consta de tan solo una frase, dice que los investigadores informan que las alteraciones en genes específicos están asociadas con el tiempo en el aislamiento social.
Introducción
El párrafo de introducción comienza con una pregunta muy directa: «¿Recientemente se preguntó cómo el distanciamiento social y el auto-aislamiento pueden afectar su cerebro?» Continúa luego, diciendo que un equipo de investigadores dirigido por Erin Schuman del Instituto Max Planck de Investigación del Cerebro, descubrió una molécula que funciona como un «termómetro» para la presencia de otros en un entorno de animales. En el caso de los peces cebra, éstos «sienten» la presencia de otros a través de sensaciones mecánicas y movimientos del agua, los que activan la hormona en el cerebro.
Luego dice que «el cambio de las condiciones sociales pueden causar cambios duraderos en el comportamiento animal. El aislamiento social, por caso, puede tener efectos devastadores en humanos y otros animales, incluyendo a los peces cebra.» Pero que «no obstante, los sistemas cerebrales que perciben el entorno social no se entienden bien.»
La densidad social
A partir de allí, se detalla cómo los investigadores encontraron un puñado de genes con cambios en su expresión coherentes con el aislamiento social. Sorprendentemente, en el caso de la hormona paratiroidea 2 (pth2), según se puede leer en el artículo original en inglés mencionado al inicio, esta hormona no solo detectaba la presencia de otros de la misma especie, sino también su cantidad. Esto es, la densidad de la población de congéneres.
Hay una buena noticia relacionada a este descubrimiento. Los científicos involucrados en esta investigación realizada con peces cebra descubrieron dos cosas importantes:
En aislamiento, la pth2, que codifica un péptido relativamente desconocido en el cerebro, desaparecía completamente.
La pth2 volvía a niveles normales en tiempo muy breve si se colocaban a los peces previamente aislados nuevamente en un entorno social (con otros de su especie).
Eso es alentador. Podría decirse que, al menos en el caso de la hormona estudiada, la vuelta a la «normalidad» sucedería con relativa rtapidez.
Conclusiones del artículo
Sin entrar en los detalles relacionados con el experimento realizado, Schuman enuncia la siguiente conlcusión:
«Nuestros datos indican que un sorprendente papel para un neuropéptido relativamente inexplorado, la pth2, que rastrea y responde a la densidad de población del entorno social de un animal. Está claro que la presencia de otros puede tener consecuencias dramáticas en el acceso a los recursos y a la supervivencia final de un animal. Por lo tanto es probable que esta neuro-hormona regule el cerebro social y las redes de comportamiento.«
Preguntas adicionales
Que los científicos detecten cambios en el cerebro en determinadas circunstancias da lugar a preguntas adicionales.
Por ejemplo: ¿Sorprende el hecho de que se detecten cambios en la «química cerebral» asociados a un aislamiento social (pronunciado o extremo)? Podría decirse que no realmente. Pero, ¿eso invalida la investigación? Desde luego que no. Mas bien lo contrario: afirma y confirma que las alteraciones existen realmente.
Por otro lado, la investigación se realizó en un tipo de peces específico. ¿Acaso puede extrapolarse lo que con ellos se descubrió a un nivel humano? Probablemente sí, ya que ciertos mecanismos «puramente biológicos» suelen ser muy parecidos o incluso iguales en diferentes especies de animales. Aquí se incluye el ser humano desde su aspecto biológico. Así todo, habría que verificarlo.
Y ahora una pregunta más inquietante: ¿Este descubrimiento implica que todo sucede siempre dentro del cerebro?
Desde la cognición espacial y la psicología del espacio mental sabemos que no. Según sostiene el Dr. Lucas Derks, el cerebro actúa tanto como una cámara de video (aspecto «receptor», con impacto en el funcionamiento del cerebro, ya sea por acción o por omisión -p.ej. incidencia de la luz o la falta de ella-) como de proyector (aspecto de «conciencia»). Según este paradigma, es a través de las imágenes, las sensaciones y los sonidos que proyectamos en el espacio a nuestro alrededor que le damos «sentido» a lo que percibimos.
Vale decir, las cosas cobran un significado para nosotros en ese espacio, que en este caso denomina como «Espacio Mental«. En otros modelos, tal como el de la Mente Holográfica, se lo denomina «Espacio Virtual o Campo Holográfico«. Esto habla a las claras que, cuando se realiza la pregunta «¿Dónde?» (se «ve», se «siente» se «percibe», se «oye» algo), descubrimos que es «fuera del cerebro». Desde luego, la «ubicación» y el «seguimiento» en el espacio también tiene su correlato en el cerebro, tal como se puede leer en otras investigaciones científicas, sobre las cuales ya hemos escrito en artículos anteriores de este blog.
El Panorama Social
¿Y cómo se relaciona esto con el Modelo del Panorama Social?
La publicación mencionada al inicio, y que dio pie al presente artículo, trata de los efectos medibles del aislamiento dentro del cerebro. Tal como vimos en las «Preguntas adicionales», es bueno haber verificado que el impacto del aislamiento se puede ver en el funcionamiento hormonal y genético del cerebro. Pero eso no nos ayuda necesariamente a resolver o cambiar nada de momento, aunque ya permite sacar alguna conclusión acerca de lo que podría o debería hacerse para evitar dichas «alteraciones».
No obstante, pasando ya al distanciamiento social que hoy en día se sigue imponiendo, necesitamos contar con algún metodo o herramienta que al menos conlleve un alivio en el sufrimiento que muchas personas padecen por ello. El experimento demostraría que dicho sufrimiento no es «inventado», sino que es concreto y real. Entonces, ¿qué se puede hacer?
Tal como lo dijimos en el último párrafo de las «Preguntas adicionales», ya hemos escrito sobre otros descubrimientos realizados por las neurociencias. Éstos apuntan a lo que en el cerebro se puede verficar como estando «fuera del mismo», en el espacio circundante. Y ahí es donde puede ponerse con facilidad en relación al Modelo del Panorama Social.
Dado que este modelo trabaja con el paradigma del Espacio Mental (el espacio donde el cerebro proyecta las cosas, dándoles un significado), nos permite desarollar diversos procedimientos para diagnosticar, afrontar y resolver problemas surgidos en el entorno social. Para el caso particular del aislamiento social, contamos con una herramienta muy sencilla y efectiva. Se trata de un ejercicio muy sencillo y detalladamente descrito al final de un video publicado en este mismo sitio. Precisamente apunta a aliviar el sentimiento de soledad provocado por las medidas de aislamiento tomadas por la pandemia declarada por la OMS en su día (video disponible en https://pansoc.com/es/recursos/ con el título «¿Cómo superar el sentimiento de soledad?»).
Finalmente
Finalmente, considerando el paradigma mencionado, vemos que no todo se da únicamente dentro el cerebro, aunque muchas cosas pasen a través del mismo. Y finalmente también vemos que son cada vez más las preguntas que se plantean y las investigaciones posibles. Seguimos descubriendo y aprendiendo.
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